miércoles, 7 de enero de 2015

EL PADRE TRANSITORIO

PATERNIDAD CONTEMPORÁNEA Y COPARENTALIDAD


El rol paterno contemporáneo se encuentra en transición, entre el padre autoritario y el padre débil y ausente. Desde una dimensión sociológica de la paternidad, “un padre sin compromiso y emocionalmente distante de sus hijos es una figura socialmente construida pero no biológicamente determinada, por lo que la figura del padre comprometido es una realidad que puede construirse socialmente”.El inicio de una nueva paternidad se instaló en Europa y América del Norte, a partir de los años sesenta y revolucionó las relaciones familiares. Los cuidados tempranos dejaron de ser exclusivos de las mujeres, sumándose nuevos padres que participaron de la crianza y la custodia monoparental.

Steffen señala que a partir del cambio social emerge una corriente de pensamiento basada en experiencias de paternidad contemporánea y vivencias de masculinidad, surgiendo un padre potenciado en su rol socioafectivo y vínculo de apego, de relaciones democráticas y cercanas, involucrado en el desarrollo y la construcción de identidad de los hijos, cuyo eje central es la presencia. La paternidad postseparación requiere de capacidades de parentalización y de una normativa legal que involucre aambos padres de forma activa en el cuidado y las decisiones filiales, lo cual beneficiel desarrollo emocional de los hijos y su inserción social. Al marginar la paternidad activa, producto del costumbrismo legal, se deduce incompetencia y esto provocala muerte virtual del padre en su rol. La valoración sociocultural de la maternidad, otorga protagonismo femenino, escindiendo la relación coparental, lo que establece diferencias de rol y genera una paternidad de tránsito.

Cárdenas refiere que un padre cuya figura resulta borrosa para el hijo, retrasa su evolución, confianza en sí mismo y la integración de su identidad y que aunque conviva menos con el hijo, de ningún modo influye menos en su crianza y educación, ni es menos responsable.
De aquí surge la necesidad del ejercicio compartido de roles, la Coparentalidad, que encarna lo que la Convención de los Derechos del Niño establece, “los estados partes respetarán el derecho del niño que esté separado de uno o ambos padres a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos de modo regular, salvo si ello es contrario al Interés Superior del Niño”.

Para Steffen los hijos requieren de un marco seguro para su desarrollo emocional, el limitar la presencia del padre infringe la dignidad de este y de los hijos, afectando el Interés Superior del Niño, al causar verdaderas padrectomías, lo cual pone a los hijos en posición de objeto fianza, instrumentalizándolos como vía para acceder al dinero, alienándolos y desvinculándolos. Se denigra y subvalora la figura paterna, lo que genera ansiedad por separación en los hijos, que en términos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas atenta directamente contra el derecho “que se reconozca que ambos padres tienen obligaciones comunes, teniendo responsabilidad primordial en la crianza y el desarrollo del niño, en función de su interés superior”.
Steffen indica que la coparentalidad beneficia las interacciones familiares, si la ley equilibra los derechos, establece igualdad de custodia y coordina la relación coparental, se establecería un ejercicio permanente del rol paterno y un modelo coparental de alianza, que propugna distanciar resentimientos, aminorar la hostilidad y separar conyugalidad de parentalidad, para potenciar un sistema coparental.



Susana Muñoz Seguel 1
Romanette Figueroa Guzmán 2
Mirta Ojeda Ovando 3
Abdy Troncoso Córdova 4
1 Trabajadora Social, Licenciada en Desarrollo Familiar y Social
2 Abogada. Licenciada en Ciencias Jurídicas
3 Psicóloga, Licenciada en psicología
4 Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales Abogada
Fotografías: artashes stamboltsyan

No hay comentarios:

Publicar un comentario