martes, 9 de diciembre de 2014

MENOS LUJOS: CALIDAD DE VIDA Y BIENESTAR SOCIAL

DESAPAREZCA EL HAMBRE Y NO EL HOMBRE

“Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación.Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre”
(Castro Ruz, Fidel: 1983).
El pensamiento revolucionario y humanista más avanzado con relación al tema del desarrollo sostenible queda plasmado en esas aleccionadoras palabras, que marcan pautas a seguir desde la etica ambientalista. Aunque en algunos países se ha avanzado en este sentido, la realidad que enfrenta el mundo, en el contexto actual, es mucho más dramática que hace veinte años atrás. De ahí la necesidad de un cambio en el actual modelo de desarrollo impuesto por las grandes potencias. Se requiere que, desde las Ciencias Sociales, se promuevan indicadores de desarrollo humano que permiten valorar su comportamiento en las distintas regiones del mundo y establecer comparaciones oportunas para corregir las políticas trazadas en tal sentido.


De acuerdo con las Naciones Unidas, se plantea que uno de los índices más importantes de los países en crecimiento es el desarrollo humano que “… requiere de la formación de las capacidades humanas para el aprovechamiento pleno y cabal de las oportunidades y opciones que se aspiran genere este proceso” (ONU:1998; De Cambra Bassols, Jordi: 1999). Este nuevo paradigma, que en cierto sentido se opone a la visión tradicional, enfatiza en la importancia de mejorar los ingresos percápita. Plantea que para lograr el desarrollo humano hace falta mucho más que elevar el ingreso percápita. El desarrollo humano se refiere a una situación en la cual las personas pueden desarrollar su potencial y mejorar su calidad de vida.

Pero la calidad de vida de una población resulta tanto, de la calidad, la forma y tipo de los aspectos ambientales, como de las cualidades intrínsecas de la población estudiada, es decir: las características físicas y culturales compartidas por la mayoría de los individuos; el nivel de educación, de salud, las influencias recibidas de otras culturas, así como la forma político gubernamental adoptada. Por lo anterior, cuanto más se cuiden y se respeten las relaciones con el medio ambiente y cuanto más alto sea el nivel de educación, salud y paz en una localidad, mayor será la calidad de vida de esa población.


Otra forma de interpretación del desarrollo humano es relacionarlo con el bienestar social, pero este enfoque constituyen un reto permanente para los estudiosos de las Ciencias Sociales. En primer lugar, porque el concepto de bienestar es un concepto difícil de conceptualizar, en particular debido a los aspectos subjetivos que afectan al bienestar individual y que se trasladan al bienestar colectivo o social. Esta falta de precisión del concepto afecta lógicamente a su medición. En segundo lugar, porque siendo un concepto multidimensional, es casi imposible de abarcarlo a partir de datos empíricos. El bienestar individual, al igual que la utilidad, presentan serios problemas metodológicos para su agregación en un ente colectivo.

Sin embargo, a pesar de las dificultades que encierra su medición, para las sociedades modernas es indispensable disponer de instrumentos capaces de medir los impactos que las políticas sociales puedan tener sobre el bienestar social de las familias y de servir de guía para el seguimiento de tales políticas que garantizen el desarrollo humano através del tiempo y del espacio . Desde el punto de vista teórico se relacionan conceptos vinculados directamente con el desarrollo humano en los que se destacan: calidad de vida y bienestar social.
CALIDAD DE VIDA


El concepto de calidad de vida surge como una forma de “contrarrestar” los análisis exclusivamente economicistas de nivel de vida, que dejaban de lado toda una serie de valores no materiales, necesarios para el bienestar general humano. No obstante el debate persiste en torno a la amplitud de elementos a considerar dentro del concepto.


La calidad de vida es una categoría multidimensional, presupone el reconocimiento de las dimensiones materiales, culturales, psicológicas y espirituales del hombre, combate el concepto de hombre unidimensional y uniforme y obliga a desplegar mucha creatividad para aprender la diversidad humana.
La aplicación de este concepto sirve, no sólo para evaluar un determinado aspecto de la calidad del servicio, si no para realizar un seguimiento de dicha medida a lo largo del tiempo y poder comparar la calidad asistencial bien en un mismo centro en diferentes períodos de tiempo (obtención de datos longitudinal), o entre diferentes centros de un mismo sector en el mismo período de tiempo (obtención de datos transversal).

Se entiende que la calidad de vida se encuentra en función del acceso que tiene la persona a satisfacer tanto necesidades materiales, como necesidades espirituales o culturales. La calidad de vida es un proceso dinámico de una persona u hogar determinados, que cambia constantemente y de forma casi imperceptible. Por lo anterior, sólo se puede hablar de un “nivel de calidad de vida” en un momento o período determinado. El concepto depende en gran medida de la concepción propia de mundo que tiene el sujeto en particular: la interpretación y valoración que le da a lo que tiene, con vive y a lo que aspira.
BIENESTAR SOCIAL
Cuando se pregunta a varias personas ¿Qué entienden por bienestar social?, todos manifiestan una idea, sin embargo les resulta difícil llegar a definir brevemente en una expresión los sentimientos de satisfacción material e inmaterial que producen en los individuos y colectividades una serie de condiciones materiales como: el nivel de ingresos, equipamiento de la vivienda, acceso a la educación, salud. Es por esta razón, que las propuestas para su medición han resultado múltiples, donde influyen además el ámbito territorial seleccionado y las estadísticas disponibles.

Podría continuar la búsqueda de un concepto más acabado de bienestar social, aunque seguramente sin encontrar una definición que pareciese de perfecta validez para indicar todo el significado que encierra tal expresión, sin embargo cuando investigamos y analizamos la obra de varios autores basta para comprender que existe un consenso, sea cual sea la definición, de que el bienestar encierra aspectos materiales e inmateriales, a modo de ejemplo, se comparte la idea expresada por Pena Trapero quién dice que, “El bienestar es el resultado de un conjunto de situaciones objetivas o condiciones materiales (tener acceso a la educación, salud, vivienda, determinados ingresos) y de apreciaciones subjetivas o percepciones (actitudes, decepciones y satisfacciones) que, sobre aquellas, realizan los individuos”.

Reinaldo Padua Muñoz
Yuvy Martínez Pérez
Yudy Aguila Cudeiro
María del Carmen Azorín Domínguez
Universidad de Cienfuegos “Carlos Rafael Rodríguez”

Articulo completo: 
http://scholar.googleusercontent.com/scholarq=cache:8LEyioLWe_wJ:scholar.google.com/+hipocresia+pdf&hl=es&lr=lang_es&as_sdt=0&as_ylo=2012
Ilustraciones: Mark Demuth & Teo Klein

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