viernes, 19 de diciembre de 2014

LA FALTA DE SENTIDO O EL VACIÓ EXISTENCIAL

LA LOGOTERAPIA DE VICTOR FRANKL
Hace ya más de 30 años Víctor Frankl, fundador de la denominada tercera escuela psicológica de Viena (la primera y segunda corresponden a Freud y Adler), diagnosticó “la falta de sentido o el vacío existencial” como el mayor mal y la amenaza principal del hombre contemporáneo. Él afirmaba al respecto que “Los hombres se sienten inclinados a matar sobre todo cuando se hallan en un vacío de sentido” y que los criminales muestran índices de frustración existencial considerablemente superiores a los de la media de la población. Uno de los principales méritos de su obra es el hecho de que se sitúa en una perspectiva integral que atiende a la persona en su totalidad. En ella el ser humano es visto como una unidad de tres dimensiones: dimensión somática o biológica, dimensión psicológica y dimensión “noológica” o trascendente. Noológica se deriva del término “nous” que significa espiritual.
Esta, creemos, es una aportación esencial de la logoterapia: proponer explícitamente un modelo antropológico sobre el que se fundamentan su teoría y metodología clínica, y cuya base principal es la inclusión de la dimensión trascendente del ser humano. Cabe aclarar por otra parte que el nous o espíritu en la logoterapia, no se identifica con lo religioso. El nous existe en todo hombre, incluso en el no religioso y no sería otra cosa que el núcleo más interno del hombre, su ser íntimo, de hecho para Víctor Frankl la palabra “espiritual” indica sobre todo la dimensión antropológica trascendente, el ser profundo o existencial (específicamente humano), sin alusión necesaria a lo religioso o divino.
Cuando busca el sentido último, el individuo está consciente –aun cuando sea en forma un tanto confusa- de que hay un orden en el universo y de que él es parte de ese orden. Si es una persona religiosa, percibirá ese orden como algo divino. Si es un humanista, lo ubicará en términos de las leyes de la naturaleza. Si es un científico, encontrará el orden en las leyes de la física, química, astronomía y evolución. Un artista podrá visualizarlo en la armonía. Una mente ecológica, lo contempla en el balance de un ecosistema. Para el creador de la logoterapia el componente espiritual o dimensión noológica es la que explica los fenómenos únicamente humanos. La conciencia es el fundamento o sede que contiene dicho componente y Frankl la denomina por esta razón, el órgano del sentido, cuya manifestación esencial es la voluntad de sentido. De hecho la logoterapia hace referencia específica a la terapia o ayuda a través de la búsqueda de sentido, ya que uno de los principios fundamentales de esta teoría es que el motivo radical y universal de la existencia humana es la búsqueda de sentido.
En el contexto de la logoterapia logos significa espíritu y además sentido. Desde esta perspectiva la existencia humana no se afana por el placer o el poder ni tampoco por la autorrealización, sino más bien se afana por el cumplimiento de un sentido. En la logoterapia hablamos de una voluntad de sentido. En la medida que podemos definir al hombre como ser responsable, el hombre es responsable del cumplimiento de un sentido. La “voluntad de sentido”, término ideado por Frankl, debe ser considerado como un dinamismo constitutivo de la persona. Un dinamismo que es universal pero al mismo tiempo tiene siempre un modo singular de manifestarse. A este impulso vital y existencial que trasciendo lo biológico y lo psicológico, proponemos denominarlo “querer ontológico”, porque entendemos que es un anhelo del ser mismo de la persona y, según Frankl, es el acto que define de modo esencial la condición humana. Este principio de la naturaleza humana o “querer ontológico” se orienta al encuentro de un significado que suponga algo positivo para la persona, es decir, al desarrollo de valores.
En definitiva lo que se defiende es que la esencia mas íntima de la naturaleza humana y los estratos más profundos de la personalidad están orientados hacia el sentido, el progreso y la plenitud existencial. Véase que el hecho de que el ser humano esté habitado en su ser más profundo por un dinamismo que le orienta a trascenderse y crecer en la realización de valores pone de manifiesto una naturaleza positiva en el fondo de su personalidad. En consonancia con todo ello, la logoterapia es una psicoterapia que propone una intervención centrada en la búsqueda del sentido de la vida e intenta inducir a la persona hacia el crecimiento de su libertad y su responsabilidad y orientarla hacia una vida más significativa y hacia un mayor bienestar personal. Por esta razón desde esta teoría se propone no etiquetar al sujeto por su deficiencia, ya que esto lo hace más vulnerable, sino más bien observarlo desde sus valores, capacidades y aptitude.
El profesional que ejerce la logoterapia debe despertar la conciencia del paciente para ayudarle a encontrar razones de sentido sobre el dolor y la frustración, así como conducirle al autoconocimiento de sus fuerzas y valores, y también de sus limitaciones y fragilidades. La meta es que la conciencia, y las capacidades y valores que la habitan (dignidad, libertad, responsabilidad y esperanza), y no la biología o la emotividad, sean las que dirija la vida de la persona.
Universidad de Sevilla, Servicio de Publicaciones
Edita: Facultad de Ciencias de la Educación
Ilustraciones: Pedro Gallardo

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