sábado, 13 de diciembre de 2014

ANSIEDAD DE SEPARACION EN LOS NIÑOS (4 CASOS CLINICOS)



LOS BEBES CON UN APEGO SEGURO LLORAN CUANDO Y PROTESTAN CUANDO LA MADRE SE VA Y LA RECIBEN FELICES CUANDO REGRESAN.


La figura de apego es base fundamental para desarrollar sentimiento de confianza en sí mismo y en el mundo exterior. Es fuente de información emotiva y cognitiva, y fuente de satisfacción de necesidades que ayudarán al niño a regularse y a sentirse seguro con los otros y en el mundo.
La seguridad de apego del niño tendrá consecuencias a largo plazo en sus relaciones personales posteriores y en el desarrollo cognitivo, ya que la relación continua con el cuidador permite entrar en la mentalización, es decir, la representación interna de las relaciones.

Casos clínicos

A continuación, se describen algunos casos que presentan dificultades relacionadas con la ansiedad de separación. En ellos se ha trabajado fundamentalmente con los padres, sus ansiedades y miedos puestos en las relaciones con sus hijos, impidiendo el proceso de autonomía y separación de los mismos.
Cuando los padres están ansiosos o nerviosos no libidinizan bien y transmiten a los niños unos cuidados desorganizados y un déficit en la regulación de los sistemas biológicos, que termina por generar los trastornos funcionales: dificultades para dormir, calmarse, comer, etc.

Paloma

El centro escolar llama a los padres, porque la niña vomita y come muy poco. Paloma tiene 5 años y su madre no sabe como tratarla: "Lo único que hago es regañarla para que no vomite". Cuando no le gusta algo vomita, dice que le duele la tripa, suele vomitar después de desayunar, casi siempre cuando la llevan al colegio. Por las noches sigue tomando biberón, la madre se lo da dormida porque si no, "¡no hay manera!". Con los abuelos la niña come fenomenal.

Los padres refieren que el embarazo y parto trascurrieron sin dificultades. Sin embargo, la crianza resultó complicada porque "era una niña muy difícil, dormía fatal en nuestra habitación y meciéndola...". Recibió lactancia materna hasta los 9 meses, cuando intentó incorporar sólidos, como se atragantaba, se lo daban todo en purés, hasta los 3 años. Consiguieron que se durmiera sola a los 2 años, pero cuando se despertaba, se venía a su cama, porque "¡les daba tanta pena! Parecía que la estuvieran matando".

Tardó en hablar y en expresarse. No fue a la guardería y siempre ha estado muy poco con niños, no tiene primos. Con 3 años comenzó el colegio con mala adaptación, se volvió a hacer pis y lloraba mucho por su madre.
El padre ha estado trabajando fuera 2 años y la madre ha estado triste desde el primer año hasta los 4 años de Paloma. Dormía con ella, la malcriaba, todo lo que quería se lo daba, porque "no estaba su padre". La madre comenta que ella es muy miedosa, le da mucho miedo que se atraganten sus hijas: "¿Si les pasa algo por la noche y se ahoga...?".

La madre se pone a trabajar y Paloma vuelve a vomitar, no quiere ir al colegio y le dice que no quiere separarse de ella: "Me hace llorar, nunca la he dejado en ningún sitio, siempre he estado yo con ella, no la he dado libertad, no la he dejado hacer nada sin mí; yo no he salido con mi marido por estar siempre con la niña.... a lo mejor mis padres no han estado suficiente tiempo conmigo y yo he querido ser mejor que mis padres".
La madre cuenta que sus padres trabajaban mucho y que ella ha vivido con su abuela, desde los 5 a los 9 años. "Ahora cuando he sido madre, es cuando he echado de menos a mi madre".

Alicia

Alicia tiene 3 años, presenta una excesiva timidez que le impide relacionarse con los demás niños y le crea problemas de adaptación escolar. Su madre decidió dejar de trabajar para estar con su hija y no sabe si ha sido un error, pues están solas todo el día: "Yo soy su amiga y no quiere relacionarse con nadie". Aún duerme con sus padres.

Los padres describen que el embarazo fue deseado y bueno. No obstante, el parto acarreó complicaciones, fue una cesárea de urgencia, la intervinieron quirúrgicamente con 7 días de vida y estuvo 3 semanas en la UVI. La llegada a casa fue tensa porque la madre quería darla el pecho pero ya venía acostumbrada a los biberones, "no sé si me empeñé demasiado en darle el pecho...". Alicia dormía mal, la tenían que poner vertical.

Al año fue a la guardería, parece que se adaptó bien, pero como cogía muchas enfermedades, la sacaron, al padre "no le gustaba que llorara y vomitara". El padre comenta que lo han hecho todo por ella, han cambiado su vida completamente, no como otros padres. A los 2 años se cambiaron de casa y Alicia empezó a dormir con ellos, ahora la madre se tiene que acostar con ella para que se duerma. Se han obsesionado con hacerlo todo tan bien, preocupándose por todo lo de ella que creen que se han equivocado. Admiten que quizás la han sobreprotegido demasiado.

La madre de Alicia comenta que ella también era así, muy tímida, introvertida, la mejor de la clase, pero no le gustaba que la miraran ni hablar en público: "Mis padres me han sobreprotegido mucho, me han metido todos sus miedos y sigo siendo introvertida, poco sociable y sufro de insomnio". El padre también es muy introvertido, agobiante y acaparador, le cuesta hacer amigos, tuvo una depresión importante cuando se casó.
Alicia no sabe defenderse, necesita de algún adulto a su lado, llora por todo en el colegio y no disfruta con nada. La madre se da cuenta de que le está pasando lo mismo que le pasaba a ella de pequeña: "¡Tengo que cambiar yo!".

Juan

Juan tiene 7 años. Siempre ha sido difícil de llevar por sus nervios y su timidez. Tiene falta de atención, se evade, tiene la autoestima muy baja, se va a su mundo y no escucha. Cuando alguien está con él sí trabaja, pero si está solo, no hace nada.

Dormía mal desde el principio, tuvo cólicos del lactante y a los 2 meses una bronquiolitis. "Se ponía morado y les dijeron que tuvieran cuidado porque de un golpe de tos se podía asfixiar".

La madre reconoce que siempre lo tuvo encima, lo dormía en sus brazos, se aliviaba así, Ha dormido con ellos hasta los 3 años, cuando se quedó embarazada de su segundo hijo y les dio miedo que le diera patadas en la tripa. En una ocasión, con 8 meses, durmió toda la noche de un tirón y la madre se levantó para ver si respiraba. Explica que tenía mucho miedo a que le pasara algo, que se asfixiara y se pudiera morir.

La madre reconoce que ella ha estado siempre presente y que no le han fomentado la capacidad de esperar. Ella lo ha tenido en brazos haciendo las cosas de la casa, hasta los 2 años y medio, que ya no podía más por la tripa del nuevo embarazo. El padre dice que hay una relación muy especial entre Juan y su madre.

Con 12 meses, Juan va a la guardería, le dijeron que estaba muy "enmadrado", pero la cuidadora pudo hacerse con él. Habló pronto y claro, pero no jugaba y no se relacionaba, pegaba a la madre. A los 3 años lo escolarizaron, le costó muchísimo adaptarse, ha tenido muchos problemas para relacionarse con los niños, no jugaba ni con sus primos.

Al padre le ha costado mucho interactuar con él, sentía que su hijo no le quería, que no conectaban. A lo largo de las entrevistas, el padre participa más con Juan y está menos rebelde, menos exigente, más sociable y se relaciona mejor.

Carla

Carla es una niña de 6 años, que ha dejado de comer en el colegio y desde hace 2 meses dice que no quiere ir al colegio. Parece que el profesor le estaba exigiendo demasiado y se había enfadado con ella, porque estaba bloqueada, no aprendía e iba a perder el curso. Desde que hablaron con el profesor, se ha normalizado la situación.

El embarazo y parto de Carla fueron normales, y recibió lactancia materna hasta los 2 años y medio. A los 2 años fue a la guardería, pero no se adaptaba, y se pasó el año entero pegada a su mochila, sin jugar con los otros niños. Cuando estaba en la piscina pública, con 2 años de edad, iba corriendo donde estaba su madre, y esta sacaba el pecho y Carla se ponía a chupar, no podía dejarla llorar.

La madre duerme con Carla y ahora también con el hermano pequeño, dice que "a ella no le importa" y al padre tampoco le importa que ella duerma con los niños. A él le gusta dormir solo, cuando se casaron quería una cama individual, así que a raíz de tener a la hija él vio el cielo abierto para dormir solo.

La madre empieza a hablar de que "se siente invadida, que el hijo se quiere despegar pero que ella no le deja y que con Carla es una lucha entre las dos". Se da cuenta que de pequeña no la ha sacado al parque, se iba a casa de los abuelos maternos a comer y allí se quedaba toda la tarde. Ella se volcó mucho en Carla, hasta su madre le decía que era demasiado protectora.

La madre de Carla le dice a su marido que van a tener que dormir juntos y él contesta que si ahora después de 6 años en esta situación quiere dormir con él, se niega rotundamente. Ella comenta en la consulta dirigiéndose a su esposo: "Con los niños no puedo y tú no quieres, y ahora ¿qué hago yo?".


C. Villanueva Suáreza, L.J. Sanz Rodríguezb

aPsicóloga clínica. Coordinadora del Programa Infanto-Juvenil. Servicio de Salud Mental. Parla, Madrid. España. 
bPsicólogo clínico. Programa Infanto-Juvenil. Servicio de Salud Mental. Parla, Madrid. España.

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